viernes, 4 de enero de 2013

Bah...

Nunca dejes que te roben lo terso de tu piel ni la ternura de tu cara roja después del sexo. Nunca más. Ríe a carcajadas sin fingir, sin aparentar, ya no debes fingir, sólo debes crear las condiciones para el orgasmo perfecto o, como esta vez, dejar que hagan de ti un orgasmo perfecto.

Ya es hora de domir.