miércoles, 8 de octubre de 2014

Piñon, engranaje y metal.

No pretendí aceptarlo, lo evadí, lo corretié, quise reemplazarlo por otro, volverme al pasado, arrancarle su arraigo.
Pero no, no se puede, el día a día me lo impide, verano, otoño, invierno, primavera, verano, otoño, invierno y otra vez primavera río arriba con intensidad, con tanta intensidad que se pierde toda noción de lucidez en la misma respiración, casi al unísono, entrecortada y a ratos robada.
El cerco se rompió y pudimos decir y expresar cuanto es el amor, sí, ahora con certeza hablamos de amor; no supongo de ti, ni tú supones de mi, podemos "leernos" a los ojos y querer cada centímetros de nuestro cuerpo y nuestra palabra, compartimos y amamos también nuestras convicciones -a veces también las odiamos por su desgaste y como nos devora el tiempo-, transgredimos las barreras de la locura y nos lanzamos a navegar en la música y en querer, con el corazón perdido en el del otro, guardando caricias, olores y circunstancias.
El tiempo está más reducido que nunca y hoy requerimos de nuestra comprensión y ternura para sostener nuestra nube.
No me olvido jamás y te quiero con la verdad, con la que ninguna persona nos volverá a arrebatar.
...y saber que la dosis perfecta está en tus caderas, tus besos, tu sonrisa, tu cabello y ese cuerpo que me eriza!