Lamento el abandono, comencé a viajar hace dos semanas exactamente y recién bajé del móvil, porque no fue un viaje cualquiera, fue un viaje sobre las nubes que a ratos me taponeo los oídos y me dió dolores de cabeza, también estuve detenida en una isla, cometí actos atroces y perdí el sentido de mi vida.
Debo confesar que aún no lo recupero, tampoco me interesa hacerlo, lo único distinto al fin y al cabo es que sigo siendo la misma, pero reconocidamente más loca.
Lo más gracioso de todo esto es que es la terrible volá y ni un pito me he fumado, jejeje. Para que me entiendan dejaré un fragmento que sirvió de pasaporte, sí, de pasaporte para el viaje íntimo de la locura.
El hombre es el único animal que necesita escribir su historia para poder recordarla. Cuando nace no sabe absolutamente nada. Moriría si no aprendiera a vivir. La raza humana es la única en la naturaleza que no transmite ninguna información innata que vaya más allá de lo puramente genético. Carece de auténticos instintos. No durará mucho. Porque ¿quién escribe la historia? Nunca los vencidos, los despojados, los sometidos. Por eso, por ejemplo, las guerras -cuando acaban, y pasa el tiempo- dejan en la memoria colectiva un pozo en el que se adivina el inconfundible y dulce sabor de la victoria: esfuerzo con recompensa, sufrimiento con premio, dolor que termina, que se olvida. ¡Que distinta hubiera sido la historia de la humanidad si sólo se hubiera escuchado a los perdedores!.
Tampoco escribimos la historia de los ignorados, los que no existimos, los que no tenemos voz, los que, en definitiva no contamos. Y me incluyo, porque la mía es una de esas historias que escribirán otros. No contarán lo que sentí cuando perdí a toda mi familia, como se quebró mi espíritu, ni cómo lloré la pérdida de todos mis amigos. Nadie hablará del dolor de los míos, del miedo.
Sé que a nadie interesa mi punto de vista, pero soy yo quién debería contar lo que ocurrió. yo soy la que estaba más cerca cuando todo comenzó, estaba justo al medio, pero dicen que tengo poca perspectiva, que yo no cuento, que sólo soy una lombriz. Y eso no lo discuto. Soy una lombriz, una lombriz de tierra ¡A mucha honra!. Mi especie lleva millones de años escarbando el mundo, y pasándose información; por eso sé de que estoy hablando. Sé que el mundo se partió y que ahora ya no hay un mundo, sino dos, y sé que mi cuerpo se repartió entre ellos"
El viaje íntimo de la locura. Autor: Roberto Iniesta.
Deléitense y gracias.
Cuando terminé de leer este libro mi mente empezó a cantar en lo más recóndito de mi cabeza: "Se acabó, el odio me arrolló la razón, en mi época estoy comprometido. Y el amor se fue volando por el balcón en donde no tuviera enemigos"...
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Robe Iniesta. |
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