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Un amigo/compañero me dijo hace un tiempo cuando le pregunté:
-¿Y porque no te veo desanimado o triste?
Me responde armonioso y sereno
-después de lidiar y pelear tanto con los patrones, ya no tengo tiempo de andar decaído, ahora me da más ánimo verles la cara-
A mi me gusta su sonrisa y su fervor de lucha nos motiva.
No sé si podría anular mis estremecimientos de rabia contra esa clase explotadora o contra algunas desdichas o la persona que quiere hacerme del día a día una pauta sin modificación, pero me ha cansado tanto ánimo de enojo, me ha cansado tanta explicación redundante, me ha cansado tanta aclaración por lo que dijo, hizo o dejó de hacer, me ha cansado tanta mentira hacia mis compañeros y compañeras y de tanto verlos y de tanto estar codo a codo ese "temblar de indignación" del que habla el Che Guevara me hace mucho más sentido que en toda mi vida militante.
Tengo la cabeza aturdida de tanto apretármela contra las manos y pensar y/o decir -esta mierda no se termina nunca-; pero que quede claro que eso no me quita las fuerzas de lucha que llevo acuestas ya hace varios años, ni por un segundo dejar las tareas de las cuales he acordado hacerme cargo.
Tengo ganas de seguir -no hay duda de ello-, aunque sé que debo hacer sangre, porque necesito seguir observando y sufriendo y sonriendo y llorando los juicios perdidos y saltando de euforia los triunfos de la clase y los particulares de mi vida personal y así -espero- conocer esa fórmula perfecta que tiene mi compañero y continuar los días con menos jaqueca.
PD: Para sumar puntos a mi felicidad tengo una nueva integrante en mi hogar, se llama Magni y es una gatita manchada muy guerrillera y preciosa.
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